Uno de los primeros requisitos para emprender es definir claramente un propósito y un destino para tu negocio: suena simple, pero hay consideraciones que no puedes omitir —son las que te vamos a compartir enseguida. Hablemos, pues, de objetivos, pero de objetivos realistas y alcanzables.

1. ¿Qué quieres lograr?

La respuesta a esta pregunta será tu punto de partida: tus objetivos en bruto. Haz una lluvia de ideas con todas las cosas que te gustaría conseguir, posteriormente ordenarlas y dales una prioridad, numéralas.

2. ¿Qué recursos tienes?

Conoce tus capacidades y limitaciones: analiza cuáles objetivos de tu lista pueden realizarse con los recursos que cuentas en este momento. Y, si es posible, adapta tus objetivos a tus capacidades actuales.

3. ¿Cómo lo conseguirás?

Con tu lista de objetivos en mano, agrega uno a uno las medidas estratégicas que tomarás para conseguirlo, es decir, qué acciones específicas dirigirás para lograrlo. Planifícalas, divídelas en segmentos y tómalas como pasos individuales para que sientas que estás progresando hacia tu objetivo final: paso a pasito.

4. ¿Cómo lo vas a medir?

Todo objetivo debe ser medible. Complétalos agregando cómo se va a medir, por ejemplo: por el número o porcentaje de ingresos que aumentó, la cantidad de clientes nuevos, el porcentaje de ahorro que representa, etc.

Acciones para cumplir y mejorar tus objetivos

1. Simplifica y vencerás

Si tienes objetivos como “conseguir 80 nuevos clientes en 4 meses”, puede sonar demasiado complicado y lejano. Por eso, te recomendamos simplificar y acercarlo en el tiempo. El mismo objetivo quedaría así: “conseguir 5 clientes por semana”, de esta manera se siente más realista y ligero. La clave está en definir  pequeños objetivos a corto plazo que permitan alcanzar un objetivo más significativo a largo plazo.

2. Calendariza

Tus objetivos deben tener un periodo definido: ¿en cuánto tiempo esperas alcanzarlos? Ponlos en un calendario, registra sus fechas límite y marca los que ya lograste. Presta especial atención a los que no se han logrado y les queda poco tiempo, ¡toma las medidas necesarias para alcanzarlos!

3. Comunica cada objetivo

La mayoría de los objetivos necesitarán la colaboración de los miembros de tu equipo, por esta razón, es importante que se los comuniques claramente para que entiendan la importancia de su trabajo y sepan qué están aportando. Procura que los objetivos vayan de la mano de las metas personales de tus colaboradores, así trabajarán más motivados

4. Recompensa

Establece incentivos, tanto para ti como para tus empleados. Si cada vez que se cumple un objetivo, hay una recompensa todos estarán más motivados para plantearse retos cada vez  más ambiciosos. Los incentivos deben ser agradables para tus empleados y deben entrar en los presupuestos sin que representen una pérdida para tu negocio.

5. Revisa tus objetivos y modifícalos si es necesario

No hay plan perfecto y menos en un mundo de constantes cambios como el nuestro, entonces, a veces será necesario redefinir tus objetivos cuando la situación lo amerite.

Ya sea por cambios en los recursos disponibles, en los procesos que utilizas o los ingresos que tienes, muchas veces el panorama inicial se modifica y tienes que ser flexible para adaptarte a las nuevas situaciones. Trata de no alargar mucho los plazos ni postergar los pendientes, recuerda mantener ese equilibrio para que sea un objetivo realizable y al mismo tiempo represente un desafío para ti.

Recapitulemos: tus objetivos deben ser claros, específicos, con un plazo determinado, realistas, alcanzables y medibles. Es decir: