Cuando una empresa cuenta con un control interno bien establecido, no solo logra cumplir sus objetivos, incrementar su negocio y generar buena reputación con clientes y autoridades, también puede responder de forma ágil y eficaz a diversas amenazas que pudiera enfrentar.
De acuerdo con la Encuesta de Delitos Económicos en México 2018 de PwC, 58% de las organizaciones experimentaron delitos económicos entre los que destacan:
Estos delitos económicos tienen un costo de 100 millones de dólares. La manera de mitigar estos riesgos y amplificar el potencial de la empresa es a través de un adecuado control interno.
Existe un modelo que las organizaciones utilizan para medir la efectividad de su control interno desarrollado por COSO (Committee Of Sponsoring Organizations) de la Comisión Treadway, organización dedicada a ayudar a una mejor gestión dentro de las empresas.
Dicho modelo establece cinco elementos que establecen las bases para un control interno que permita alcanzar los objetivos de la organización.
Acciones que ayudan a la gestión de riesgos para garantizar el logro de objetivos.
La comunicación está basada en fuentes internas y externas para difundir información importante en la organización.
Además, debe ser confiable para tomar mejores decisiones, debe estar disponible, protegida, ser accesible, suficiente, actualizada, válida y verificable para el funcionamiento del control interno.
Se trata de evaluaciones periódicas para verificar que cada uno de los elementos de control interno estén funcionando.
El uso de un marco de referencia para implementar el control interno de la empresa, brindará a la organización la habilidad de hacer frente a los cambios, proveerá de una base sólida para lograr metas y objetivos y mejorará el bienestar del negocio.