Las relaciones empresariales se han expandido más allá de las fronteras físicas, dando lugar a un nuevo paradigma de interacción y colaboración: las comunidades virtuales de negocios.
Estas entidades digitales han emergido como espacios dinámicos donde profesionales, emprendedores y empresas se encuentran, interactúan y colaboran en torno a intereses, objetivos y necesidades comunes.
Una comunidad es un conjunto o grupo de personas (o cualquier ser vivo) que comparte intereses y características en común. Desde el punto de vista antropológico, una comunidad comparte los mismos problemas, creencias, costumbres, visión del mundo, estados sociales, edad e incluso la misma ubicación geográfica.
El ser humano es por naturaleza un ser social, por eso, es un hecho natural conformar comunidades para sentir proximidad social y pertenencia a un mismo grupo.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, los seres humanos han creado comunidades virtuales para compartir ideas, expresar opiniones, debatir, intercambiar información, etcétera. Los negocios también pueden aprovechar las ventajas de la comunicación virtual y crear comunidades virtuales para comprender mejor las necesidades de sus clientes, los problemas que los aquejan e identificar tendencias de comportamiento; todo ello con el fin de crear mejores servicios y productos o perfeccionar sus estrategias de marketing y ventas.
Las comunidades virtuales son espacios de carácter social en torno a un tema común, un tipo de comunidad virtual que reúne a personas de procedencias alejadas geográfica y culturalmente. Estas comunidades, replicadoras de información y conocimiento, están ordenadas en torno a un tema de interés específico, involucrando a personas de diversa índole. Este tipo de comunidad virtual crea un ambiente propicio para la interacción entre personas de procedencias alejadas, fomentando el intercambio de ideas y experiencias entre individuos que comparten un mismo interés.
Las comunidades virtuales de las empresas representan un tipo de comunidad digital que ha transformado la interacción entre individuos y organizaciones, fusionando elementos de las comunidades tradicionales con la dinámica del mundo digital. Originadas en ámbitos militares, científicos y académicos durante el siglo XX, estas comunidades replicadoras de información disponible han cultivado un sentido de pertenencia único entre sus miembros, quienes actúan tanto como consumidores como productores de conocimiento en torno a un tema específico.
La mensajería instantánea y la colaboración especializada son características fundamentales de estas comunidades en las que el sentido de pertenencia se fortalece a medida que los participantes se involucran activamente en la construcción y difusión de conocimiento dentro de su ámbito particular.
Los beneficios de crear una comunidad virtual son:
Las comunidades virtuales favorecen la cercanía y conexión con los clientes. Los negocios deben dirigir sus esfuerzos para crear comunidades donde los miembros se sientan parte de un entorno seguro para crear intercambios significativos y puedan interactuar con la marca. Si la empresa logra crear una buena comunidad, logrará la lealtad de sus clientes, posibilidad de adquirir nuevos y mejorar su número de ventas.
Al adoptar esta solución tecnológica líder en el mercado, las empresas pueden automatizar tareas administrativas, contables y fiscales, agilizando la gestión de recursos y optimizando los flujos de trabajo: